P: La Comisión Europea presentó el martes sus propuestas para mitigar la subida de los precios de la energía, que serán debatidas por los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas el jueves. ¿Qué opinión le merecen estas medidas?
Teresa Ribera: “En mi opinión, las propuestas son todavía un poco tímidas: siguen faltando medidas concretas en la gran mayoría de los temas. Desde luego, en el último año se ha hecho un verdadero esfuerzo, como probablemente nunca se había hecho en la historia de Europa en materia de energía. Pero es frustrante ver la lentitud y el empeño con que Europa responde al reto que tenemos”.
P: El plan no incluye un tope en el precio del gas utilizado para generar electricidad, como reclaman muchos países para beneficiarse de un mecanismo que ya se ha aplicado temporalmente en la Península Ibérica. ¿Es este otro motivo de decepción?
Teresa Ribera: “Hay una creciente sensibilidad y convergencia de los Estados miembros en este tema, a pesar de las diferencias de enfoque, pero creo que es importante avanzar un poco más rápido en esta cuestión. No deberíamos tener que pedir a la Comisión cuatro veces lo mismo para tener una propuesta. Pero sigo confiando en que la Comisión se acelere: sería arriesgado no tomar decisiones a tiempo”.
P: La subida de los precios de la energía está causando mucha frustración y descontento entre la población. ¿Teme una reacción política en Europa?
Teresa Ribera: “La crisis energética está creando una situación difícil para las familias y para el tejido productivo. Si no reaccionamos con la suficiente rapidez, puede producirse una pérdida de confianza en las instituciones europeas. La situación actual es una prueba de esfuerzo muy importante para Europa en cuanto a su compromiso social. Pero a pesar de todas las dificultades, me parece que la Unión Europea es capaz de responder positivamente: hace un año, pocos países entendían por qué era importante tomar decisiones a nivel europeo. Hoy, creo que eso ha cambiado: todo el mundo ha comprendido que es esencial.
P: Entre los temas de discordia está el proyecto de gasoducto MidCat entre Francia y España, apoyado por Madrid y Berlín, pero rechazado por París. ¿Todavía espera hacer cambiar de opinión a Francia?
Teresa Ribera: “El optimismo (de Madrid) es muy moderado. Respetamos y entendemos algunos de los argumentos expuestos por Francia, pero no todos. El MidCat debe considerarse una infraestructura del futuro, adaptada al transporte de hidrógeno. Y no estamos de acuerdo con la idea de que las decisiones de interés europeo dependan exclusivamente de las decisiones bilaterales de los Estados miembros. Por eso es importante encontrar una solución europea al problema, y que se apoye la petición de ayuda de Alemania y otros Estados miembros.
P: España acaba de anunciar que abandona el Tratado de la Carta de la Energía (TCE), que se firmó en 1994 para ofrecer garantías a los inversores, pero al que se acusa de obstaculizar las ambiciones climáticas de la UE. ¿Por qué este anuncio, cuando se está tramitando una reforma de este tratado?
Teresa Ribera: “Este intento de reforma ha fracasado: las negociaciones han durado dos años y el resultado ha estado muy lejos de las expectativas. Por lo tanto, hemos decidido retirarnos del tratado, sabiendo que la salida puede tardar un año y medio en hacerse efectiva. Esto no significa que España se oponga a un posible acuerdo: para ser coherentes, nos abstendremos, para respetar a los países que decidan quedarse.”