La Compañía Nacional Libia de Petróleo (NOC) ha pedido a las empresas extranjeras activas en el sector de los hidrocarburos que reanuden las operaciones de exploración y producción, alegando una mejora de la situación de seguridad.
“La NOC pide a las empresas internacionales que operan en el sector del petróleo y el gas, con las que se han firmado acuerdos de exploración y producción de petróleo y gas, que levanten la fuerza mayor invocada por su parte”, según un comunicado emitido el lunes por la noche.
La “fuerza mayor” es una medida invocada en circunstancias excepcionales, que permite eximir de responsabilidad a la NOC o, en este caso, a las empresas que operan en Libia, en caso de incumplimiento de las obligaciones contractuales.
En la última década, Libia se ha visto asolada periódicamente por violentos enfrentamientos entre facciones rivales del este y el oeste, que han afectado a la explotación petrolífera, el transporte de hidrocarburos y las terminales petrolíferas, atrapadas entre ambos bandos.
El CON explicó que había emitido el llamamiento tras realizar una “evaluación” de la situación de seguridad y constatar una “mejora espectacular” en algunos lugares donde era difícil operar.
La NOC instó a las empresas extranjeras a “reanudar sus operaciones” de exploración y extracción, asegurándoles que les proporcionaría “todo el apoyo necesario” para que pudieran trabajar “en un entorno seguro”, en “cooperación con las autoridades civiles y militares” sobre el terreno.
Casi once años después de la caída de Muamar Gadafi, Libia, que cuenta con las reservas más abundantes de África, sigue dividida entre facciones rivales del este y el oeste, con la injerencia extranjera como telón de fondo.
Desde marzo, dos gobiernos se disputan el poder, uno basado en Trípoli (oeste) y reconocido por la ONU, y otro apoyado por el Parlamento y el bando del mariscal Jalifa Haftar, el hombre fuerte del este.
Al día siguiente de su nombramiento, a mediados de julio, al frente de la NOC, Farhat Bengdara anunció el levantamiento del bloqueo de seis grandes yacimientos y terminales petrolíferas, cerrados desde mediados de abril por grupos afines al bando oriental.
A principios de noviembre, declaró que su país pretendía aumentar la producción de petróleo “hasta los 2 millones” de barriles diarios, casi el doble del nivel actual de 1,2 millones de b/d.