La UE ha aprobado una subvención de 757 millones de euros para financiar la construcción del cable con el fin de acabar con el “aislamiento energético” de Chipre, único país europeo sin conexión de gas o electricidad a la red continental.
La isla está dividida desde que el ejército turco invadió el norte en 1974 en respuesta a un golpe de Estado de los nacionalistas grecochipriotas. El gobierno chipriota sólo ejerce su autoridad sobre la parte sur de la isla,
Miembro de la UE desde 2004.
El costoso interconector EuroAsia conectará las redes eléctricas de Chipre con las de Israel y Grecia a través de un sistema de transmisión submarina de corriente continua de alta tensión (HVDC-VSC).
El cable, que recorrerá 1.208 kilómetros enterrado a más de 3.000 metros de profundidad, “establecerá un nuevo récord mundial”, según la Comisión Europea. El coste total del proyecto, que tendrá una capacidad de entre 1.000 y 2.000 megavatios, es de 1.570 millones de euros, según las autoridades chipriotas. En su intervención en la ceremonia de apertura, el Comisario de Energía de la UE, Kadri Simson, dijo que la subida de los precios de la energía provocada por la ofensiva rusa en Ucrania en febrero subrayaba la importancia del proyecto para ayudar a Europa a diversificar sus fuentes y reforzar su seguridad energética.
Por su parte, el Presidente chipriota, Nicos Anastasiades, habló de un día “histórico”, ya que “estamos en condiciones de iniciar la construcción” del cable.
La construcción del interconector EuroAsia comenzará a finales de este año y se completará en 2027.
Según Anastasiades, Chipre podría convertirse en un exportador neto de energía, con capacidades que van desde los 120 gigavatios/hora en 2027 hasta los 1.000 en 2030, y superando los 1.800 en 2033.